El don de la dislexia y el déficit de atención

Creado: viernes, agosto 26, 2022, 6:38
Categoría: Estrés



Verónica Kaune Moreno, magíster en psicología educacional, psicoterapia y orientación vocacional, llegó a Lima para hablar acerca del déficit de atención y la dislexia. Explicó que lo que suele considerarse una deficiencia o un problema, es en realidad un gran don que puede ser potenciado.

Del 100% de personas, un 70% son consideradas verbales y un 30% visuales. Esto significa que las personas verbales pueden codificar y decodificar más fácilmente la palabra verbal o escrita. Por el contrario, las personas visuales entienden mejor a través de las imágenes. Es decir, se imaginan lo que oyen o leen en imágenes, algo así como una película tridimensional. Las personas verbales tienen la capacidad de visualizar cuatro imágenes por segundo, mientras que las visuales pueden visualizar 32.

Para un pensador visual es más difícil comprender los mensajes que no tienen imágenes -y para su mala suerte- nuestro vocabulario tiene muchas palabras que no pueden ser representadas por imágenes. Por ejemplo, ¿qué pasa con palabras como “tú”, “ese”, “aquel”, “cualquiera”? El mayor enemigo de las personas visuales es el símbolo, ya que cuando confrontan letras, palabras o números que no tienen imagen o le son desconocidos, se desorientan por intentar comprender el mundo.

“Érase una vez…’, y ya perdimos su atención porque como la frase no viene acompañado por una imagen, se interrumpe el proceso de comprensión. La persona se desorienta por tratar de entender qué están estudiando o qué está pasando en su contexto”, afirma Verónica.

Observa fijamente esta imagen, ¿se mueve? IMAGEN TRIDIMENSIONAL

La imagen anterior da una idea de cómo se desorientan las personas con dislexia y déficit de atención. Hay un conflicto en su propia mente, y les cuesta comprenderla. Lamentablemente, durante el horario de clase lo único que tienen para regresar al “mundo real” es el sonido del timbre que indica que la clase se acabó, mientras ellos se perdieron desde el inicio.

Verónica contaba: “Un niño lleva en su mochila juguetes y cuando el profesor decía saquemos los cuadernos y él ingresaba a la mochila, se perdía de toda la clase. ¿Por qué? Porque comenzó a hacer historia sobre lo que vio adentro y no pudo regresar al curso”. No se trata de darle a los niños un mundo en blanco, en el que no se distraigan, sino darles las herramientas para manejar varios estímulos sin perderse.

¿Por qué desde esta nueva perspectiva se le dice talento a esta “deficiencia”?

Quienes sufren de dislexia suelen ser personas bastante inteligentes, pues esta condición es producto del pensamiento. Es una manera especial y creativa de responder a la confusión y una habilidad natural.

Hay grandes personas que tuvieron dislexia como Alexander Graham Bell, Walt Disney, Albert Einstein, Steve Jobs o Winston Churchill. Además, hay personas con estas habilidades que destacan en áreas como política, ingeniería, arquitectura, deportes, etc.

Existen diversas propuestas para el tratamiento de estos “déficits”. En primer lugar, debe haber un diagnóstico claro sobre cual es la dificultad que presenta el niño para poder realizar las intervenciones tanto en el ámbito escolar como familiar. Depende de este soporte el que la dificultad se supere en un periodo corto de tiempo o que persiste durante toda la vida.

Algunos psicoterapeutas proponen que se inicie el tratamiento con un especialista en reeducación del aprendizaje, terapias de lenguaje y, de ser necesario, una terapia psicóloga para afrontar los aspectos emocionales. Ciertas terapias requieren de tratamiento farmacológico en asociación para una mejora efectiva. Estas terapias dependerán del nivel de motivación, el grado de implicación del profesorado y la familia, y el seguimiento del tratamiento.

Por otro lado, Davis, quien presenta dislexia, déficit de atención y autismo propone un método particular de 30 horas de aprendizaje donde les enseña a sus pacientes a controlar las desorientaciones, enfocar la lectura, ponerle imágenes a esas palabras que no las tienen con esculturas de plastilina, y darle las estrategias necesarias para controlar su actuar impulsivo. Según las investigaciones este programa si es capaz de reemplazar a la medicina, ya que les da las herramientas necesarias para orientarlos.

Para Davis, la dislexia no es tan compleja, sino que es un conjunto de factores simples que pueden ser solucionados paso a paso.

La dislexia es un problema de desorientación perceptual y no una enfermad genética. Por lo tanto, al ser funcional (es decir, no se nace con el problema), se puede corregir. Existen diversas alternativas para orientar a los niños que tienen déficit de atención y dislexia, el objetivo de este artículo es darnos cuenta que estos problemas pueden ser observados como una nueva perspectiva.

Para los profesores: No hay que perder a estos niños solo porque no cumplen con la exigencia de su nivel escolar. No hay que quejarnos del trabajo que toma tenerlos en clase. La pedagogía debe apoyar a que se orienten y desarrollen, no buscar solamente cumplir la estructura de una currícula.

Para los padres: Denles estas herramientas porque pueden ayudarlos a crecer ,y no porque ustedes desean cambiarlos. Acéptenlos tal y como son, y si este método los ayuda, en buena hora, y si no, ellos no deben ser rechazados.

“No podemos meternos con el autoestima de estas personas”. No hay algo que esté mal con ellos, sino que su entorno suele no comprenderlos, y si no buscamos apoyarlos, impulsarlos, potenciarlos, estamos cometiendo un grave error. Se les califica como flojos, lentos, niños problemas, etc. “Estos niños van a poder triunfar, pero necesitan de apoyo”.

Cuando se observa el supuesto problema, la solución es en realidad maravillosa. Hay que potenciar talentos, brindarles herramientas, y ayudar a desarrollar pequeños genios.

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